No soy arquitecta, ni historiadora del arte. Soy una viajera movida por la curiosidad, por el asombro ante lo invisible, y por la necesidad de detenerme donde otros solo pasan.
De ahí nace Vía Sacra: una ruta interior y exterior que busca redescubrir iglesias que susurran historias, ya sean monumentales o pequeñas capillas pérdidas en el mapa.
Durante mucho tiempo pensé que para hablar de iglesias necesitaba encasillarlas en categorías académicas: barrocas, románicas, renacentistas…Quise agruparlas por siglos, por estilos, por épocas de gloria o decadencia.
Pero a medida que me adentré en este proyecto, entendí algo más profundo: lo que me conmueve de una iglesia no siempre es su cúpula ni su retablo. A veces es el piso gastado que guarda el eco de quienes rezaron ahí por generaciones. A veces es una puerta de madera vencida por el tiempo, un fresco que casi desaparece, o el silencio intacto que se queda después de los pasos. Vía Sacra es eso: una invitación a mirar de nuevo. A preguntarnos por qué nos detenemos ante ciertos espacios. Qué nos dice lo sagrado cuando nadie más escucha.
Es también una forma de visibilizar iglesias que han sido olvidadas o relegadas, no porque carezcan de belleza, sino porque dejaron de figurar en las guías turísticas. Y sin embargo, siguen ahí: vivas, resistiendo con dignidad el paso del tiempo.
En este blog encontrarás más que datos técnicos. Compartiré rutas poco conocidas que he recorrido a pie, en carretera o guiada por una intuición. También escribiré sobre iglesias famosas, pero desde otra mirada: desde su simbolismo, su relación con la comunidad o con la memoria colectiva. Porque aunque muchas veces no podamos ponerle nombre a un estilo arquitectónico, sí podemos sentir lo que un lugar transmite. Y eso es valioso.
Quiero hablarte de gárgolas que parecieran gritar, de vitrales que filtran la luz como un milagro cotidiano, de techos que fueron tallados sin clavos. Quiero que volvamos a sorprendernos juntos ante la historia que se cuenta en un piso, en una grieta, en una inscripción que nadie traduce. Y sobre todo, quiero que viajemos.
Que transformemos el turismo de “checklist” en un recorrido más íntimo. Con rutas alternativas para quienes, como tú y yo, sienten que hay algo más allá de lo evidente. Una ruta para los que creemos que lo sagrado no es solo una cuestión de fe, sino de sensibilidad. No busco imponer respuestas. Solo abrir preguntas.
¿Qué revela una iglesia abandonada sobre el alma de un pueblo? ¿Qué se siente al caminar descalza por un templo donde la oración fue esculpida en madera? ¿Qué queda cuando el esplendor se va, pero la esencia permanece?
Vía Sacra comienza con una idea sencilla:Que los lugares también tienen memoria. Y que a veces, solo hace falta detenerse y escuchar. Te doy la bienvenida a esta travesía.No importa si alguna vez fuiste creyente, turista, fotógrafa o simplemente curiosa. Aquí lo importante es mirar con otros ojos. Porque donde lo sagrado susurra… el camino transforma.
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